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Puno e islas del Lago Titicaca

Llegamos a Puno y vamos directamente al hotel Xima Puno a descansar. Por la mañana, muy temprano, nos dirigimos en dirección al muelle para tomar un barco y comenzar nuestra experiencia de 2 días por el Lago Titicaca.

Nada mas subir al barco disfrutamos de un breve concierto de música tradicional peruana para ir calentando motores.

El Lago Titicaca está situado a unos 3.800 metros sobre el nivel del mar, y es el lago navegable más alto del mundo, ocupando el 57% de su territorio en Perú y el resto en Bolivia. A lo largo de las excursión visitaremos las islas de Uros, Amantaní y Taquile.

Después de navegar unos 30 minutos realizamos la primera parada en las Islas Flotantes de los Uros, un grupo de más de 100 islas artificiales construidas por el hombre, y realizadas con caña de totora (una especie de junco acuático). Ellos trenzan la totora para crear las bases de las islas, las casas y los botes, en un trabajo constante de renovación y mantenimiento, ya que la planta se descompone con el tiempo y debe ser reemplazada.

Los Uros son una etnia nómada pre-incaica cuyas raíces se remontan a miles de años. Tiene unas ricas tradiciones artesanales, y la pesca y la caza de aves silvestres son las principales actividades económicas, aunque en los últimos años, el turismo se ha convertido en una fuente vital de ingresos para estas comunidades.

Al llegar nos dieron una charla explicativa sobre sus costumbres y forma de vida, nos mostraron artesanía con la intención de venderla (cosa que lograron) y nos ofrecieron un paseo en barca por 15 soles. para observar aves silvestres. En el paseo nos acompañaron algunos niños de la isla, que nos regalaron su amabilidad.

Aunque para muchas personas la visita a las islas de Uros es decepcionante, por resultar demasiado turística, a nosotros nos gustó mucho y disfrutamos de una experiencia inolvidable. Hay que tener en cuenta que los isleños se tienen que ganar la vida, como todos, y para nosotros sentir que estamos contribuyendo a su subsistencia nos hace felices.

Por la tarde, vamos hacia la isla mas grande del Lago Titicaca, Amantani, donde pernoctaremos con una familia local que nos estaba esperando en el puerto. Esto nos ha permitido participar en actividades cotidianas, conocer la cultura, el idioma nativo conocido como Aymara, y las costumbres de la isla.

Amantaní es una de las islas mas altas del mundo, y aquí si que se nota el mal de altura. Es necesario caminar despacio porque te falta el aire, y además, todo el pueblo es cuesta arriba desde el puerto.

En la isla viven alrededor de 3.600 personas de etnia aymara, organizadas en cooperativas que viven principalmente de la agricultura, la ganadería y la realización de ricos bordados. Es la isla más desconocida de las tres, aunque poco a poco van acudiendo más turistas.

Nuestra anfitriona Gladis, nos trató maravillosamente en su casa; muy humilde, pero acogedora. En la isla son vegetarianos, y su dieta se basa principalmente en quinoa, patata y maíz. Tengo que confesar que la comida no me gustó demasiado, pero la experiencia fue muy divertida y agradable.

Por la noche nos invitaron a una fiesta local, pero decidimos no acudir porque estábamos agotados y hacía mucho frío, eso si, no desperdiciamos la oportunidad de ataviamos con los trajes tradicionales.

Los terrenos de la isla Amantaní están organizados por terrazas en las que se cultivan, mayoritariamente, patata y quinoa.

Posee dos grandes cerros uno dedicado a la Pachatata o “padre cielo” y otro a la Pachamama “madre tierra”. Nosotros subimos hasta el segundo en una caminata agotadora de una hora y media, llegando con la lengua fuera, aunque yo hice trampas y la primera parte del camino subí a caballo. 

Merece la pena subir, porque las vistas desde lo alto del cerro del lago Titicaca son impresionantes.

Al día siguiente, nos despedimos de nuestra anfitriona y bajamos de nuevo al puerto para coger el barco hasta isla Taquile.

En Taquile viven unos 2.200 personas de etnia quechua, que mantienen vivas sus tradiciones a través de generaciones. Se dedican principalmente a la artesanía textil, declarada desde 2005 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Curiosamente en la isla son los hombres los que tejen, y las mujeres las que bordan. Además, el calzado que utilizan es a modo de sandalias con suelas de cuero. Cuando ya no son de utilidad, aprovechan las suelas para ensamblar las puertas.

Desde el puerto a la plaza principal del pueblo hay un paseo de unos 40 minutos ascendiendo. El pueblo está formado por un conjunto de casas muy pintorescas.

En la plaza se encuentra una cooperativa textil, con numerosas prendas de lana muy elaboradas, aunque personalmente que me parecieron demasiado caras.

Los lugareños nos ofrecieron una exhibición de danzas populares muy divertidas, y después acudimos a almorzar a un restaurante tradicional, donde probamos la especialidad de la isla, la trucha.

Después del almuerzo tomamos de nuevo el barco para navegar unas 3 horas de regreso a Puno.

Salimos a conocer la ciudad , ya que no habíamos tenido ocasión de hacerlo. Puno me ha parecido uno de los lugares mas auténticos de Perú.  El mercado gastronómico al aire libre es una verdadera fantasía de colores, olores y gente pintoresca.

La Catedral Basílica de San Carlos de Borromeo está ubicada en la Plaza de Armas, y es un claro exponente del arte barroco peruano del siglo SXVIII. Fue declarada como Patrimonio Histórico Cultural de la Nación en 1972.

¡Qué pasa chavales!
  • Puno es una de las zonas más altas del país, y el mal de altura se nota mucho. Trata de caminar despacio, porque te vas a fatigar con facilidad.
  • Lleva monedas para dar propinas, especialmente en las islas de Uros, ya que los niños te lo agradecerán.

Y recuerda, más vale humo que escarcha!