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Cuzco

Cuzco es un amplio departamento de Perú ubicado en el sureste del país, con capital en  la ciudad del Cuzco. Su territorio abarca unos  71 986 km² de superficie con infinidad de asentamientos arqueológicos, entre el que destaca el Santuario de Macchu Piccu, una de las siete maravillas del mundo moderno.

Nos dirigimos hacia Cuzco desde Puno en autobús turístico atravesando la famosa Ruta del Sol, donde conoceremos diversos asentamientos incaicos y pre incaicos. El trayecto tienen una duración aproximada de 6 horas, incluyendo varias paradas.

El primer lugar que visitamos fue el Sitio arqueológico de Pukara. El museo lítico fue creado en 1999 y expone bienes culturales recuperados durante la década de los años 70 en la zona arqueológica. La colección está compuesta especialmente por estelas de granito y monolitos de figuras zoomorfas y antropomorfas de diversos formatos correspondientes a la cultura Pukara.

En el museo también se cuenta la historia del dios pre incaico de la abundancia  Ekeko”, y de los famosos “Toritos de Pukará” llenos de misticismo y arte a base de arcilla decorada. Su nacimiento se remonta a la llegada de los españoles a América, cuando los toros comenzaron a formar parte de las fiestas tradicionales de la zona, y se decoraban con infinidad de colores. Hoy en día son un símbolo de protección del hogar, y se colocan en el tejado o en la entrada de las casas.  No pude resistir la tentación de comprar dos toritos para pintarlos y decorarlos, así como un Ekeko que ya forman parte de nuestra familia de recuerdos.

Continuamos el viaje atravesando las montañas de los Andes y encontrando una gran nevada hasta el Paso de la Raya, frontera entre Cuzco y Puno a unos 4.335 metros de altura. En este punto es donde nace río Amazonas, y es conocido por sus pintorescas laderas inclinadas y paisajes donde tomar unas fotografías increíbles.

En este lugar las temperaturas son algo bajas y se nota el frío. Hay numerosos puestos de artesanía, ideales para comprar alguna prenda de abrigo de lana a buen precio.

La siguiente parada es el complejo arqueológico de Raqchi, a unos 3.450 metros de altura, en el pueblo de San Pedro, provincia de Canchis, a 119 kilómetros de la ciudad del Cuzco.

El parque arqueológico fue construido en diferentes periodos, y cuenta con unas 1.000 hectáreas. Posee diversas construcciones como acueductos, tumbas subterráneas y recintos de la cultura pre-inca.

En el complejo destaca el imponente templo incaico dedicado a Wiracocha, y sus impresionantes muros y columnas de gran tamaño.

La ultima parada fue en el pueblo de Andahuaylillas, para descubrir la impresionante Capilla de Andahuaylillas, también llamada “la Capilla sixtina de América” debido a la gran cantidad de obras de arte que decoran sus paredes. Fue construida en el siglo XVII por la orden religiosa de los jesuitas con la finalidad de evangelizar a los pueblos indígenas. El interior alberga murales y retablos decorados con pan de oro y valiosas pinturas de la escuela cuzqueña. No se permite realizar fotografías, ni videos para preservar el patrimonio, aunque personalmente no pude evitarlo, porque el espacio es único.

Por fin llegamos a Cuzco, y nos dirigimos al hotel San Agustín, en pleno centro donde nos encontramos con una sorpresa en nuestra habitación por nuestro aniversario, y a tiempo de cenar y celebrar la Noche de Fin de Año en la Plaza de Armas de Cuzco, lo que resultó ser algo increíble. La plaza se llenó de gente que no paraba de lanzar petardos al ritmo de la música y los fuegos artificiales. Una verdadera experiencia mágica con la que recibimos el año de la mejor manera, sin olvidar de llevar algo amarillo, ya que es el color de la suerte en este país.

A la mañana siguiente, el primer día del año, salimos a conocer el casco antiguo de la ciudad. Durante la época Inca, la ciudad de Cuzco fue capital del imperio. A su alrededor se crearon fortalezas, palacios y templos, por lo que se llegó a llamar “el ombligo del mundo”.

Durante la época virreinal bajo la soberanía de la corona española, se construyeron numerosas iglesias, plazas y casas de estilo colonial. Toda la ciudad está declarada Monumento Histórico Nacional y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Destaca la imponente Plaza de Armas repleta de historia y cultura, ubicada en el corazón de la ciudad. Esta plaza en su día fue el centro del Imperio Inca, y en la  actualidad es el punto de encuentro de actividades, con numerosos restaurantes, cafés, tiendas de artesanías y agencias de turismo. La plaza está rodeada de impresionantes edificios coloniales y ruinas incas. Destacan la Catedral Basílica de la Virgen de Asunción de Cuzco construida en 1560, sobre el palacio real del Inca de Wiracocha y la Iglesia de la Compañía de Jesús, ambas ejemplos del estilo barroco mezclado con elementos indígenas.

Atravesando el Arco de Santa Clara uno de los arcos de triunfo más hermoso del Perú, llegamos a la Plaza de San Pedro donde se encuentra la bonita iglesia de San Pedro y el emblemático Mercado Central de San Pedro cuyos orígenes datan del periodo Inca. Su construcción se inició en 1925 bajo la dirección del arquitecto francés Gustav Eiffel (si, si, el constructor de la Tour Eiffel).

El mercado ofrece una gran diversidad de productos como artesanía, alimentos, prendas, etc. Es un verdadero placer disfrutar de un caldo de pollo o un jugo de frutas naturales en alguno de sus puestos.

Muy cerca se encuentra otro mercado, menos conocido, pero muy auténtico y tradicional donde compra la gente local: el Mercado de Cascaparo. Lo conocimos por casualidad, ya que estaba buscando unas anilinas naturales (tintes para prendas). Nos pareció encantador, y doy fe de que lo que no encuentres aquí, no lo encuentras en ningún sitio.

El Barrio de San Blas también es muy popular, ya que cuenta con lugares muy interesantes para recorrer. Su plaza y sus estrechas calles están llenas de tiendas de artesanía y galerías de arte.

Como eran fiestas navideñas encontramos un mercado de venta y restauración de Manuelitos. El niño Manuelito es el equivalente a nuestro niño Jesús. Tradicionalmente los visten con vivos colores y bordados, y sus cabellos son naturales.

Por la tarde, en plena ciudad, hicimos una visita a el Templo Qoricancha también conocido como “Templo del Sol”. Es posiblemente el edificio más sagrado e importante del imperio inca del Tahuantinsuyo. Durante el tiempo de la conquista, el templo fue destruido y saqueado, y sobre su base se construyó la iglesia y convento de Santo Domingo.

Actualmente, existe un museo con las impresionantes piezas incas que se hallaron durante las excavaciones. Desde el exterior, por la parte de atrás se ven unas preciosas vistas de la ciudad y los cerros que la arropan.

Después, tomamos el autobús en dirección a la Fortaleza de Sacsayhuamán, a 2 kms de Cuzco. Es uno de los complejos arqueológicos más importantes del Imperio Inca, que abarca un área de 3.000 hectáreas. Se estima que su construcción llevó más de 90 años, por parte de 20.000 personas. Destaca por la precisión de la ingeniería utilizada en sus construcciones a base de enormes estructuras de piedras labradas y perfectamente ensambladas.

El complejo está integrado en un entorno natural, situado en una colina cercada por montañas, con hermosos paisajes donde hay numerosa flora y fauna. Desde la parte superior de la fortaleza se contemplan unas increíbles vistas de las cumbres de las montañas Ausangate, Pachatusán y Cinca, consideradas por los Incas como sagradas, así como de la ciudad de Cuzco.

Muy cerca de la fortaleza en la cima del cerro Pukamuqu se encuentra el Cristo Blanco, el monumento más popular para los habitantes de Cuzco. Se trata de una estatua de Jesucristo que mide 8 m. de altura y alza sus brazos en señal de protección en lo alto de la ciudad.

De regreso al centro de Cuzco visitamos una granja de llamas y alpacas, donde pudimos darlas de comer. Después nos hicieron una demostración de tejidos de lana con la intención de venta. Las prendas aunque eran de muy buena calidad, tenían unos precios desorbitados. Eso si, si tu intención es adquirir una buena prenda de lana, este es el lugar.

Llegados a la ciudad nos fuimos a cenar a una picantería típica donde nos deleitamos de las exquisiteces de la gastronomía cuzqueña.

Al día siguiente realizamos el tour del Valle Sagrado de los Incas. A la entrada del valle nos encontramos con una réplica de la estatua contemporánea “ El Abrazo Imposible” que representar el abrazo que todos los peruanos quisieron darse en tiempos de distanciamiento social por la pandemia del Covid en 2021.

La primera parada es en Pisac, en el extremo oriental del Valle Sagrado. Sus ruinas conforman uno de los mejores complejos arqueológicos incas en Perú, y están ubicadas en el camino por la ladera de la montaña, justo detrás del pueblo.

El Parque Arqueológico Nacional de Pisac está constituido por agrupamientos de restos arqueológicos entre los cuales destacan andenes, acueductos y canales, caminos asociados a murallas, cementerios, puentes, etc. La extensión que abarca este conjunto es de 4 km cuadrados de superficie.

Las vistas del valle desde el complejo arqueológico son impresionantes.

Durante el recorrido, paramos en una tienda de artesanía de piedras para conocer sus propiedades. La mas conocida en la zona es la serpentina, un mineral de color verdoso que se puede ver en la zona del Valle y de Machu Picchu, y que es muy apreciada porque se asocia con la conexión de la tierra en la Naturaleza. No pude resistir la tentación de comprar un colgante de cruz andina con la piedra ensamblada…bueno más bien me la regalo Alberto!!!

Llegamos a Ollantaytambo, uno de los pueblos más importantes del Valle Sagrado de los Incas que aún conserva su antiguo diseño urbanístico y sus costumbres. Es un lugar muy visitado porque es paso obligado antes de llegar a Machu Picchu.

El complejo arqueológico de Ollantaytambo fue un centro militar, religioso y agrícola, hogar de diversas etnias y grupos humanos. En el siglo XV fue conquistado por los españoles y anexado al imperio inca por el emperador Pachacútec.

Este fabuloso escenario es increíble por el tamaño, la originalidad y el detalle de sus estructuras, considerado como uno de los complejos arquitectónicos más monumentales del antiguo Imperio Inca.

Como resultado de la invasión muchas edificaciones fueron destruidas. Sin embargo, hoy todavía se pueden apreciar imponentes construcciones como el Templo del Sol, el recinto de las 10 hornacinas, los baños de la ñusta, la fuente ceremonial, etc.

Mirando de frente desde el complejo se observa el cerro Pinkuylluna, con construcciones que se cree que fueron graneros o mazmorras. En el centro del cerro esta esculpido en la piedra el rostro de Viracocha, una divinidad de la mitología andina, que mide 149 m. de alto.

Por la tarde, tomamos en el pueblo el tren hacia Aguascaliente. El trayecto dura media hora, y los trenes tienen unas grandes ventanas panorámicas para contemplar el fabuloso paisaje que se adentra enel comienzo de la selva peruana.

En Aguas Calientes nos alojamos en el hotel Tierra Viva. Al pueblo también se le conoce como Machupicchu Pueblo. Se encuentra en la región yunga de la selva, rodeado de montañas de granito cubiertas de vegetación a orillas del Río Urubamba, en la desembocadura de los ríos Aguas Calientes y Alcamayo.

Al día siguiente, muy temprano, a las 6 de la mañana, partimos hacia el autobús que nos llevará hasta el ansiado Santuario de Machu Picchu. Debes comprar las entradas con mucha antelación, ya que tiene un flujo de visitantes limitado. Nosotros lo teníamos todo incluido en el paquete, pero si no tienes entrada previa te puedes llevar un gran disgusto, porque el mismo día en taquilla no suele haber entradas disponibles. El trayecto en autobús dura unos 30 minutos serpenteando literalmente por la carretera de Hiram Bingham hasta acceder al gran complejo entre montañas y niebla.

Machu Picchu fue elegido como una de las 7 maravillas del mundo moderno en 2007, por la imponente belleza de todo el conjunto arqueológico. Ubicada en el corazón de los Andes peruanos, la sagrada ciudadela inca construida alrededor de 1450 esconde aún enigmas y misterios que despiertan el interés tanto de visitantes como de arqueólogos de todo el mundo.

Visitarlo despertando a primera hora de la mañana es impresionante, porque la niebla invade todo el espacio, y puedes ver como va despejando. Se dice que es un punto energético clave de la tierra porque la colina en la que está situado tiene un alto nivel de cuarzo.

El complejo fue construido sobre la cima de la montaña por Pachacuteq como uno de los centros religiosos, políticos y culturales más importantes del imperio inca. Fue abandonado en los primeros años de la colonización española y redescubierta en el año 1911.

La arquitectura de esta ciudad constituida por unos 200 recintos, se mimetiza de manera magistral con su entorno natural que cuenta con más de 30 mil hectáreas en las que existen áreas boscosas, montañas escarpadas y picos nevados. Además es el hogar de especies animales como zorro andino, puma, vizcacha, oso de anteojos, venado de cola blanca, reptiles y más de 420 especies de aves.

La ciudadela está dividida en dos grandes sectores bien marcados y divididos por un muro de aproximadamente 400 metros de largo: el agrícola, con una vasta red de andenes o terrazas artificiales, y el urbano, con bellas construcciones como templos, residencias reales, plazas y fuentes.

Destacan el Templo del Sol, recinto sagrado que servía para la adoración y culto al dios Sol, el Templo del Cóndor, una formación rocosa con la forma del animal donde se rendía homenaje a este ave, símbolo de poder y fertilidad, la Sala de los Espejos de la Llaqta, que determinaba fenómenos celestes, los solsticios y los movimientos de la Luna, la Roca Sagrada uno de los símbolos más místicos ubicados en este lugar que estaba orientada al estudio de los astros y Intihuatana, la escultura monolítica más conocida de Machu Picchu utilizada como calendario astronómico para medir el tiempo.

Mi marido y mi hijo subieron a la montaña de Huayna Picchu a 2720 m. que sirvió como centro de vigilancia para la ciudadela. Yo desistí, ya que estaba lloviendo mucho y estaba esperando a que despejara la niebla para hacer fotografías de las ruinas. El camino de subida por la montaña es a base de escaleras casi verticales en zigzag con numerosos precipicios realmente vertiginosos. Tardaron en alcanzar la cima 1h y media, y 1 hora en bajar. La verdad es que ahora me da pena no haber subido, porque las vistas son impresionantes.

A la bajada, la lluvia había parado y la niebla por fin fue despejando pudiendo contemplar la majestuosidad de este espectacular lugar.

Tras unas 5 horas de visita tomamos de nuevo el autobús de regreso a Aguas Calientes. El pueblo es muy turístico y está plagado de restaurantes y tiendas de artesanía. Aprovechamos para explorarlo, pasear por el borde del río, almorzar y disfrutar de un relajante masaje a muy buen precio.

Por la tarde, cogimos el tren desde Aguas Calientes a Cuzco, donde dormiremos ya que al día siguiente volábamos a Lima, y de allí de regreso a España.

Nos han quedado muchas cosas por conocer en la región de Cuzco. Nos hubiera encantado explorar la Montaña de 7 colores, pero no fue posible por falta de tiempo. Como consuelo me quedaron las fotografías que nos envió nuestro compañero de viaje por unos días Carlos Flores y familia.

¡Qué pasa chavales!
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Y recuerda, más vale humo que escarcha!