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Bruselas es la flamante capital de Bélgica y la capital de Europa, poseedora de una gran riqueza histórica, cultural y gastronómica, con muchos museos una importante oferta de ocio.

La forma de moverse por Bruselas es muy cómoda, ya que existe una buena infraestructura de metro, tranvías y autobuses, aunque el casco antiguo de Bruselas se puede recorrer perfectamente a pie porque que la mayoría de los puntos de interés están cercanos. Nos alojamos en el Hotel NH Collection Brussels Centre, un hotel muy cómodo, céntrico, a solo 8 minutos caminando de la Grand Place, y bien comunicado con las estaciones de metro y la estación central de tren.

Salimos a callejear y en primer lugar nos encontramos con el imponente edificio del Teatro Real de la moneda, de estilo neoclásico, actual sede de la compañía lírica y ballet de la ciudad.

A 2 minutos caminando llegamos a las famosas Galerías de Saint Hubert, construidas  en 1846 por encargo del rey para proteger a los habitantes de Bruselas de la lluvia durante sus compras. Son un símbolo de Bélgica, y están consideradas como las primeras galerías comerciales de Europa.

Están formadas por tres alas bautizadas como galería del rey, de la reina y de los príncipes. Presentan un aspecto muy elegante ornamentadas con numerosas columnas y cubiertas por una espectacular cúpula de cristal a lo largo de sus 200 metros. Su interior alberga variadas tiendas especializadas y de marcas lujo.

A un paso de las galerías tuvimos la suerte de poder visitar una exposición retrospectiva del fabuloso fotógrafo Peter Lindbergh. Una verdadera maravilla…

Llegó el momento de tomar rumbo al corazón de la capital, la Grand Place, a solo 1 minuto de las galerías. Considerada como una de las plazas mas notables de Europa, es el lugar más concurrido y centro geográfico, histórico y comercial de Bruselas, declarada Patrimonio de la Humanidad desde 1998. Esta situada cerca de la Estación Central, del metro Bourse (líneas 3 y 4) y del tranvía Bourse (32, 33 y 34). 

Esta animada plaza adoquinada forma parte del conjunto arquitectónico del siglo XVII más bello de toda Bélgica. En el año 1695 los cañones del ejército francés destruyeron gran parte de los edificios de la plaza y tuvieron que ser reconstruidos posteriormente, excepto el del Ayuntamiento. La plaza siempre está muy concurrida y puedes dar un paseo en coche de caballos para visitar la parte antigua de la ciudad, por unos 40/45 euros la media hora. 

La Grand Place está compuesta por un conjunto arquitectónico impresionante y variado, cuyos edificios más importantes son:

  • Hotel de la Ville o Ayuntamiento: es la joya arquitectónica más importante y antigua de la plaza. En el edificio, que data de 1459, destaca una torre de 96 metros de altura rematada con una estatua de San Miguel, y el tejado perforado con decenas de lucernas.
  • Maison du Roi: se construyó en el año 1536 y tuvo que ser reformada en 1873. Durante muchos años fue el lugar de residencia de los monarcas reinantes, pero hoy en día acoge el Museo de la Ciudad, en el que se exponen pinturas del siglo XVI, algunos tapices, y los pequeños trajes que forman parte del guardarropa del Mannequin Pis.
  • Maison des Ducs de Brabant: situada entre los números 14 y 19 de la plaza, forma un conjunto formado por 6 casas gremiales de estilo neoclásico flamenco. 
  • Pigeon: en los números 26 y 27 de la plaza constituyen una vivienda en la que se alojó el novelista francés Víctor Hugo durante su exilio en Bélgica, en el año 1852.
  • Roy d´Espagne es el bar más famoso de la Grand Place que ofrece unas vistas privilegiadas desde su terraza. En su fachada aparece un busto de Carlos II de España, soberano de Bélgica en el siglo XVII.

A la izquierda del Ayuntamiento hay una estatua hecha en bronce de la que se dice que da buena suerte tocar su brazo. Se trata de la estatua de Everad´t Serclaes, ejecutado en el S XIV mientras defendía Bruselas.

Desde la Grand Place entre las calles L’Etuve y Chene llegamos hasta la emblemática fuente del Manneken Pis (o el niño meón). Durante el paseo encontramos pintorescos edificios, así como numerosas tiendas que ofrecen delicias de chocolate belga, así como los exquisitos y obligados gofres.

La fuente fue creada en el siglo XV y es uno de los símbolos más representativos y queridos de Bruselas. La estatuilla de unos 50 cm. representa a un niño desnudo orinando en una pila. Dada la importancia de la estatua, fueron muchas las ocasiones en las que diferentes ejércitos intentaron robarla. En 1619, se colocó una copia hasta nuestros días, estando la figura original en la Maison du Roi.

En el año 1698, un gobernador regaló la primera pieza de vestir al Manneken Pis: una túnica que fue la primera de los 650 trajes que han ido regalándole los presidentes de gobierno que han visitado Bruselas. En la Maison du Roi (Gran Place), se pueden ver todos los trajes que forman el vestuario del pequeño héroe: cientos de piezas regionales y otras más curiosas como un traje de torero, de Elvis, de astronauta o de la diseñadora española Agata Ruiz de la Prada. Recomiendo visitarlo al 100%.

En determinadas ocasiones a lo largo del año, el Ayuntamiento disfraza a la estatua original. Nosotros tuvimos la ocasión de presenciar esta ceremonia, y fue muy emotiva. 

Es imprescindible visitar la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula (Cathédrale Saint-Michel et Sainte-Gudule). De estilo gótico su construcción se inició a principios del siglo XIII sobre una edificación románica del siglo XI. Su estado de conservación es muy bueno ya que, entre 1983 y 1989, fue sometida a una importante restauración. 

La catedral era conocida como la Iglesia de San Miguel hasta que, en el año 1047, depositaron en el interior los restos de Santa Gúdula, fallecida en el año 712. Fue entonces cuando la iglesia tomó el nombre de San Miguel y Santa Gúdula. A pesar de su antigüedad, la iglesia no adquirió el título de catedral hasta 1961. Para llegar puedes tomar el metro Parc 1 o 5 , o el tranvía Palais 92 y 94.

A 10 minutos de la catedral, atravesando el Parque de Bruselas, en la parte alta de la capital, se encuentra el Palacio Real. En él se encuentran instaladas las oficinas de los reyes, algunos ministerios, salas de reuniones oficiales y habitaciones para los jefes de estado invitados. Desde 1831 el palacio no es la residencia real, ya que los reyes viven en el Palacio de Laeken, en las afueras de Bruselas. No pudimos visitar su interior, ya que se encontraba de reformas.

Seguimos caminando unos 5 minutos y encontramos el Museo Real de Bellas Artes que acoge infinidad de dibujos, pinturas y esculturas que datan desde principios del siglo XV a la actualidad. Su fachada es de gran belleza y encanto especialmente cuando la atraviesan los tranvías de la ciudad. 

Muy cerca se encuentra el Museo Magrisse que ofrece un homenaje a uno de los artistas belgas más importantes de todos los tiempos. El museo expone más de 250 obras que reflejan la evolución artística del pintor. Altamente recomendable si te gusta el mundo del arte contemporáneo. 

Entramos en uno de los barrios más emblemáticos de Bruselas, el Barrio de Sablon coronado por la impresionante iglesia de Notre Dame du Sablon. Construida en el S XV es una de las iglesias góticas más bellas de Europa.

El interior es bastante armonioso y sencillo, iluminado por 11 impresionantes vidrieras de 15 metros de altura en pleno altar. Destaca el espectacular púlpito de madera tallada de estilo neoclásico.

Pero lo que más me llamó la atención fue la escultura de la virgen en el barco. Cuenta la leyenda que una mujer de Amberes tuvo una visión en la que la virgen la pidió que llevase su imagen a Bruselas. La mujer tomo un barco y una vez en Bruselas entregó la estatua de la virgen a la iglesia, convirtiéndola así en lugar de peregrinación.

Sablón es considerado el barrio de los anticuarios, plagado de galerías de arte, chocolaterías, tiendas de decoración, joyerías y moda vintage. Es un verdadero placer recorrer sus calles en busca de sorpresas.

Saliendo del barrio de Sablón entramos en el barrio de Les Marolles. Allí descubrimos una maravillosa construcción en la Plaza de la Chapelle, la Iglesia Notre Dame de la Chapelle de estilo gótico, muy bien conservada y de extraordinaria belleza. 

En su interior se encuentra la tumba de uno de los pintores más importantes del arte belga, Pieter Brueghel el Viejo, así como una bonita estatua conmemorativa en la plaza.

Después de un día largo, no quisimos perdernos la experiencia de visitar el Museo belga del Cómic que contiene más de 6.000 piezas originales. El museo se aloja en un antiguo edificio de estilo Art Nouveau y muestra la evolución del tebeo desde su nacimiento hasta la actualidad. Está algo alejado del centro, pero si te gustan las ilustraciones te lo recomiendo. La entrada cuesta 12 euros y se encuentra en la rue des Sables 20. La línea más cercana de metro es Botanique (líneas 2 y 6).

La pasión que sienten los belgas por el mundo del cómic es enorme, llegándolo a denominar como «Noveno Arte». A lo largo de la ciudad nos encontramos numerosas fachadas pintadas con ilustraciones, así como estatuas de famosos personajes de cómics belgas como Tintín, Lucky Luke, Los Pitufos, etc.

 
 
Qué pasa chavales!
Ahí van unos cuantos trucos a tener en cuenta:
  • Si eres profesor, como el caso de mi mujer, lleva tu certificado o carnet, porque podrás beneficiarte de muchos descuentos en museos y visitas culturales.
  • En la mayoría de los sitios no se puede pagar con efectivo, sino siempre con tarjeta. Hasta para pagos mínimos.
  • Sinceramente la comida no me hizo mucha gracia, acabé de mejillones con patatas hasta el gorro. Eso sí, los gofres están para morirse.
  • Si te gusta la cerveza, estas en en lugar adecuado.

 

Y recuerda,  más vale humo que escarcha.