Realizamos una escapada de 4 días a Bélgica para conocer las ciudades más emblemáticas de la ruta de Flandes: Bruselas, Brujas, Gante y Amberes. Una ruta en la que descubrimos muchos lugares de gran interés a nivel histórico y artístico.
Aterrizamos en Bruselas, en el aeropuerto de Zaventem situado a 15 km de la capital. Para llegar al centro se puede hacer de diversas formas. Nosotros optamos por el tren rápido que sale cada 15 m. y tiene una duración de unos 20 m. El precio del billete es de 8.90 euros, y para en las principales estaciones de la ciudad.
Los trenes belgas son muy cómodos y con unos horarios muy amplios. Cómo íbamos a recorrer varias ciudades compramos un Rail Pass: que es una tarjeta de cartón con 10 viajes a cualquier punto del país. El trayecto se escribe a mano antes de subir al tren (en inglés o flamenco), no es necesario reservar, ni pasar por la taquilla, y lo pueden utilizar varias personas; así que no olvides un bolígrafo en tu bolso. Puedes utilizar el Rail Pass para el trayecto desde el aeropuerto, pero deberás pagar una tasa de unos 6 euros por persona. Lo puedes comprar en taquilla y en las máquinas expendedoras.
Belgica los trenes tienen muy buenas combinaciones y frecuencias horarias. No tendrás que esperar más de media hora para ir de una ciudad a otra.Te muestro información de interés para viajar a diferentes puntos desde Bruselas:
Ten cuidado con no coger trenes regionales que paran en todas las estaciones y tardan mas. Un buen consejo para orientarte mejor es consultar unos paneles con papeles amarillos donde figuran todos los trenes que salen de la estación en la que estás y las estaciones en las que paran. Si solo te fijas en los paneles digitales, te crearán confusión, porque no muestran las paradas.
La manera de moverse por Bruselas es muy cómoda y sencilla, ya que existe una buena infraestructura de metro, tranvías y autobuses, aunque el casco antiguo de Bruselas se puede recorrer perfectamente a pie porque que la mayoría de los puntos de interés están cercanos. La Grand Place es el corazón de la ciudad. Está considerada como una de las plazas mas notables de Europa, declarada Patrimonio de la Humanidad desde 1998. Esta situada cerca de la Estación Central, del metro Bourse (líneas 3 y 4) y del tranvía Bourse (32, 33 y 34).
Desde la Grand Place entre las calles L’Etuve y Chene llegamos hasta la emblemática fuente del Manneken Pis. La fuente fue creada en el siglo XV y es uno de los símbolos más representativos y queridos de Bruselas.
A solo 2 minutos de la plaza se encuentran las famosas Galerías de Saint Hubert, ornamentadas con numerosas columnas y cubiertas por una espectacular cúpula de cristal . Su interior alberga variadas tiendas especializadas y de marcas lujo.
En lugar imprescindible para visitar es la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, de estilo gótico su construcción se inició a principios del siglo XIII sobre una edificación románica del siglo XI.
A 10 minutos de la catedral, atravesando el Parque de Bruselas, se encuentra el Palacio Real, y más adelante el Museo Real de Bellas Artes que acoge infinidad de dibujos, pinturas y esculturas que datan desde principios del siglo XV a la actualidad.
Nos adentramos en uno de los barrios más emblemáticos de Bruselas, el Barrio de Sablon coronado por la impresionante iglesia de Notre Dame du Sablon construida en el S XV.
La pasión que sienten los belgas por el mundo del cómic es enorme. Especialmente en Bruselas, a cada paso te encuentras infinidad de pintadas y esculturas representativas de personajes míticos.
Al día siguiente por la mañana temprano tomamos el tren en la estación central de Bruselas hasta Brujas, situada en la provincia belga de Flandes Occidental. Su centro histórico está considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Nos dirigimos a visitar el casco antiguo atravesando los pintorescos canales que atraviesan la ciudad, considerada como la Venecia del norte. Callejear por Brujas es una experiencia fascinante que te transporta a tiempos pasados. Merece la pena perderse entre sus calles medievales para descubrir rincones propios de un cuento de hadas.
Grote Markt o Plaza del Mercado, centro neurálgico de Brujas está rodeada de antiguos edificios coloridos que actualmente albergan numerosos cafés y restaurantes. La plaza está coronada por el Edificio Belford, un campanario gótico del S XII con una altura de 83 metros desde donde se disfrutan de unas vistas espectaculares.
En la Plaza Burg se encuentran edificios tan célebres como el Ayuntamiento, la Basílica de la Santa Sangre y los antiguos tribunales de justicia donde acusaban a las mujeres de brujería en la Edad Media.
Llegamos al famoso Muelle del Rosario, una de las estampas más bellas de esta ciudad belga donde realizamos un paseo en barca atravesando los numerosos puentes medievales y contemplando las encantadoras casas típicas de arquitectura flamenca. El paseo cuesta 12 euros y tienen una duración de media hora.
Fuera del casco antiguo, a unos 10 minutos de la catedral, llegamos al emblemático Parque Minnewater, un paraje muy bucólico donde los cisnes campan a sus anchas. Dentro del parque se encuentra el Lago del Amor uno de los sitios más románticos de la ciudad.
A pocos metros del parte descubriremos El Begijnhof . Se trata de un beaterio que data del S XVII, Patrocinio de la Humanidad que albergo en su día a mujeres viudas y huérfanas desamparadas. El lugar desprende una paz increíble, especialmente al atardecer.
Disfrutar del paisaje de Brujas por la noche en una de las terrazas de sus café es imprescindible.
Al día siguiente, muy temprano, antes de partir hacia Gante, fuimos a visitar Parque de Kruisvest, en la zona noreste, y fuera de las murallas, donde se encuentran 4 pintorescos molinos de viento rectangulares, que antiguamente servían para moler harina.
Nos dirigimos a la estación de Brujas hacia Gante, a unos 35 minutos. La estación se encuentra algo alejada del casco antiguo, a unos 30 minutos caminando. Decidimos tomar uno de los numerosos tranvías disponibles. Gante es la capital de la provincia de Flandes Oriental, una ciudad medieval preciosa que posee una amplia red de canales y un centro urbano con un encanto muy especial.
Comenzamos visitando el famoso Castillo de Gravensteen, o Castillo de los Condes de Flandes, una fortaleza medieval muy bien conservada rodeada por el río Lys. Está defendido por dos torres con unas excelentes vistas de la ciudad, debajo tiene un pasadizo fortificado, y su interior alberga un interesante museo de antiguos instrumentos de tortura. La entrada cuesta 10 euros.
Tomamos rumbo a uno de los puntos mas hermosos de la ciudad, los Muelles Graslei y Korenlei donde se sitúa el puerto viejo y las antiguas casas de los gremios de comerciantes en los siglos XVI- XVII.
Una vez en tierra atravesamos el malecón de Graslei hasta llegar al famoso Puente de San Miguel donde se pueden contemplar a un lado las torres de los tres monumentos religiosos más importantes que dominan la ciudad: la Iglesia de San Nicolás, el Campanario Municipal y la Catedral de San Bavón, y al otro lado la imponente iglesia de San Miguel.
El Campanario Municipal o Feltford fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999 y está coronado por el poderoso dragón de Gante de unos 400 kilos que vela y protege a sus habitantes. Vale la pena subir para apreciar las vistas panorámicas de la ciudad en 360 grados. El precio es de 12 euros, y aunque se puede subir caminando, hay un ascensor desde la primera planta.
Un lugar muy curioso para visitar es un callejón plagado de coloridas pinturas callejeras o graffitis que se encuentra en la Calle Werregarenstraat.
Pero sin lugar a dudas lo mas encantador de la ciudad y lo que la hace única, es perderse al atardecer por los preciosos rincones entre canales que forman el río Lys a su paso. Un espectáculo sin igual.
El cuarto día visitamos Amberes una de las ciudades comerciales más importantes del Norte de Europa, y la segunda ciudad más poblada de Bélgica. Llegamos en tren desde Gante a la Estación Central, una de las estaciones ferroviarias más bonitas del mundo, también conocida como Spoorwegkathedraal, o la catedral del ferrocarril.
El punto neurálgico de la ciudad es la Plaza Mayor o Grote Markt (a 20 minutos de la estación caminando). Se trata de una plaza en forma triangular flanqueada por el Ayuntamiento, la Catedral de Nuestra Señora, las antiguas casas gremiales, y presidida por la imponente fuente de Brabo.
Amberes aunque es una ciudad más moderna, también presenta peculiares rincones llenos de encanto. Uno de ellos, muy cerca de la plaza, es el Callejón Vlaeykensgang, un callejón medieval con mucho encanto que ha quedado anclado en el tiempo.
A 4 minutos de la plaza central, en pleno puerto de Amberes, a orillas del rio Escalda llegamos al Castillo de Steen, una fortaleza construida a principios de la Edad Media y considerada el edificio más antiguo de la ciudad. Vale la pena recorrer las muralla para apreciar las excelentes vistas del río gracias a sus miradores.
Volvemos a la estación de Amberes en dirección al aeropuerto de Bruselas; hay trayectos cada 15 minutos, algunos directos de solo media hora de duración. Si tienes algún día más puedes salir de la ruta y visitar dos ciudades del sur de Bélgica muy interesantes, como Dinant y Namur. Se puede llegar fácilmente en tren desde Bruselas.
En Belgica hay que probar la cerveza; no en vano es patrimonio inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Hay más de 180 especialidades y multitud de cervecerías en todas las ciudades. Nuestras favoritas por su calidad y ubicación fueron las siguientes:
- 2be Shop, en pleno muelle del Rosario en Brujas, es una mezcla de museo, galería y cervecería. Tiene una terraza al aire libre con vistas al canal, incluso en invierno. Dispone de radiadores exteriores que puedes encender previo pago de 50 céntimos 20 minutos. Yo probé una cerveza de coco en cuenco riquísima.
- Dulle Griet, situada en la Plaza Vrijdagmarkt de Gante. Cuenta con una carta de más de 500 variedades de cerveza, y tiene una particular tradición: al pedir la cerveza Kwak de 1,2L te quitan un zapato como depósito para que no te lleves el vaso, y lo guardan en un cesto que se baja del techo con una polea desde la barra.
- Het Elfde Gebod en el casco antiguo Amberes. Ya he hablado de ella, puedes comer y beber ricamente rodeado de santos y vírgenes.
Respecto a la comida típica belga tuvimos la ocasión de probar los famosos mejillones al vapor acompañados de patatas fritas “moules frites” en grasa de buey. Un guiso muy popular a base ternera con cebolla y cerveza es la “Carbonade flamande”: Las croquetas de camarones y las bolas de queso son muy ricas.
Pero lo que realmente es fascinante son el chocolate y los gofres…un verdadero placer para los sentidos.
La verdad es que explorar las tierras de Flandes ha sido fantástico!
Qué pasa chavales!
Ahí van unos cuantos trucos a tener en cuenta si realizas esta ruta:
- Si eres profesor, como el caso de mi mujer, lleva tu certificado o carnet, porque podrás beneficiarte de muchos descuentos en museos y visitas culturales.
- En la mayoría de los sitios no se puede pagar con efectivo, sino siempre con tarjeta. Incluso un simple gofre.
- Los trenes en Belgica funcionan fenomenal. Son rápidos, limpios y económicos. En cada estación hay siempre personal que te ayudará si te lías a la hora de comprar los billetes o encontrar el anden que buscas. Los reconocerás porque llevan un chaleco verde.
- El Rail Pass lo puedes compartir. Eso sí, no lo compres , sino vas a hacer más de 10 viajes, porque los fines de semana los billetes de tren son mas baratos.
- Apréndete los nombres de las ciudades que vas a visitar en ingles o flamenco porque en el Rail Pass se escriben así. Rellena el trayecto antes de subir al tren, ya que el revisor pasa siempre.
- Cuando llegues a Gante, para ir al casco antiguo, lo mejor es coger el tranvía. Si no encuentras las máquinas de billetes no te preocupes, porque no pasa nunca el revisor.
- En Brujas hay un autobús gratuito de color rojo que va de la estación a algunos hoteles de la ciudad y viceversa.
- Sinceramente la comida no me hizo mucha gracia, acabé de mejillones con patatas hasta el gorro. Eso sí, los gofres están para morirse.
Si te gusta la cerveza, estas en en lugar adecuado. Hay infinidad de especialidades. Yo tuve la ocasión de probar la considerada como mejor del mundo; “Westvleteren XII”, una legendaria cerveza negra trapense, elaborada en la abadía de Sint-Sixtus Abdij Van Westvleteren. Su sabor es intenso, con carácter, eso sí, prepara la cartera porque es muy cara, casi 18 pavos.
Y recuerda, más vale humo que escarcha!!!