Arequipa y Valle de Colca
La provincia de Arequipa es una de las ocho que conforman el departamento de Arequipa en el sur de Perú. En la zona se encuentra lugares impresionantes para conocer como la Reserva Nacional de Salinas y Aguada, el Mirador de los Volcanes (uno de los puntos más altos del país), el imponente Valle de Colca con su majestuoso cañón, y por supuesto la ciudad colonial de Arequipa.
Llegamos a Arequipa por la mañana, muy temprano después de un largo viaje en autobús durante toda la noche desde Ica (10 horas). Acudimos directamente a nuestro hotel, San Agustin de Arequipa, frente al Monasterio de Santa Catalina ubicado en un edificio antiguo restaurado del SVIII.
Arequipa es la segunda ciudad más habitada del país. Se le llama la “ciudad blanca” porque muchos de sus monumentos están construido con sillar, una característica piedra volcánica de color blanquecino. La ciudad se extiende a la sombra de tres volcanes; Misti, Chachani y Pichu Pichu los cuales se pueden contemplar desde el Mirador de Carmen Alto. El volcán Misti con una altura de 5820 m. actualmente se encuentra en activo, y de vez en cuando se producen temblores.
En el distrito de Yanahuara de cuestas empedradas y casas de estilo colonial español hay una plaza de arcos con una preciosa iglesia construida en sillar y un mirador que ofrece unas vistas increíbles del volcán y la cordillera andina.
Es precisamente en este lugar donde probamos el delicioso queso helado, típico de la zona. Se trata de una especie de helado de leche merengada muy cremoso y dulce que hará que te chupes los dedos.
El centro histórico de Arequipa está considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En la imponente Plaza de Armas se encuentra la majestuosa catedral de Arequipa construida en el S XVII, con piedra volcánica y ladrillo en estilo gótico y neorrenacentista.
Muy cerca se encuentra el impresionante Convento de Santa Catalina, de estilo colonial, fundado por Doña María de Guzmán en 1579. El convento ocupa 20.000 metros cuadrados y, hasta 1970, estaba completamente aislado del mundo. La mayoría de sus habitantes eran monjas criollas de familias adineradas y sus criadas. Su interior está formado por calles al aire libre de diferentes colores, decoradas con flores, patios, fuentes y numerosas celdas.
El convento tiene el lavadero original, y desde la azotea se pueden contemplar unas vistas increíbles de los volcanes. Hoy en día, las monjas de clausura siguen viviendo en un ala del convento.
Uno de los lugares más animados y bulliciosos de la ciudad es el Mercado de San Camilo, un verdadero espectáculo para los sentidos por los diferentes productos locales que ofrece. No dejes de tomarte un zumo natural o un caldo de pollo en los puestos del mercado, porque son deliciosos, y además muy baratos.
Otra visita que nos llamó mucho la atención fue la Momia Juanita que pudimos ver en el Museo Santuario del sur andino. Es la momia de una niña descubierta en 1995 por el arqueólogo Johan Reinhard. Se cree que la momia forma parte de una antigua ofrenda humana en una ceremonia de la antigua cultura Inca. La momia se encuentra en un congelador especial a una temperatura de 19 °C, para evitar la descomposición del cadáver, y protegida del medio ambiente por una cámara de vidrio cerrada al vacío. No se permite realizar fotografías, pero la visita vale la pena.
Arequipa es una ciudad muy animada, tanto por el día como por la noche. No dejes de visitar una picantería y probar el rocoto relleno. A cada paso te encontrarás mujeres vestidas con su traje tradicional y pequeñas alpacas o llamas para hacerte fotografías a cambio de una propina.
A la mañana siguiente salimos en dirección a Chivay, a 6 horas de Arequipa, atravesando la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, donde contemplaremos la diversidad de la región y los imponentes volcanes de Misti, Pichu Pichu y Ubinas.
La reserva nacional abarca un área de 366.936 hectáreas, y alberga gran variedad de flora y fauna protegida entre las que destacan la presencia de camélidos, como la vicuña, la alpaca, la llama y el guanaco, así como unas 158 especies de aves como flamencos, huallatas, ganso andino y cóndor andino, entre otros más.
En el camino paramos a contemplar un rebaño de llamas y alpacas. Estos animales, a excepción de las vicuñas, son domésticos, y una importante fuente en la economía rural peruana, por la calidad de su lana y de su carne.
Vamos ascendiendo y podemos apreciar el paisaje volcánico con capas geológicas propio de la zona. Realizamos una parada para tomar un té de coca o de muña, ya que el mal de altura se va haciendo patente por la falta de oxígeno. Estamos en la zona del altiplano, en una de las mesetas mas elevadas de la tierra, a 4000 m. sobre el nivel del mar.
Por fin llegamos al punto más alto de la ruta de Arequipa a Chivay, el Mirador de los Volcanes de Patapampa, también conocido como el “Mirador de los Andes” a 4.910 m. sobre el nivel del mar. Aquí la falta de oxígeno se nota mucho, y el menor movimiento brusco hace que te marees. Desde este lugar se obtienen unas espléndida vistas de los imponentes volcanes Ampato, Hualca Hualca y Sabancaya cuyas cimas están casi siempre cubiertas de nieve.
En la zona se encontraron vestigios arqueológicos de gran importancia para Perú, y a lo largo del camino hay infinidad de pequeñas edificaciones de piedras llamadas apachetas que se realizan como ofrendas a la madre tierra o pachamama. Dicen que si construyes una a tu paso se cumplirán tus deseos, asi que nosotros aprovechamos la oportunidad de construir la nuestra propia.
En todo el recorrido encontramos numerosos puestos de artesanía local. Te recomiendo que compres tus regalos en estos puestos, y no en las grandes tiendas, ya que es una buena manera de beneficiar a las personas mas humildes.
Descendemos y llegamos al pueblo de Chivay capital de la provincia de Caylloma en el departamento de Arequipa. Está situado en la parte alta del Cañón del Colca, y es un lugar muy tranquilo, reconocido por sus apreciadas termas naturales.
Nos alojamos en el Refugio, un hotel de montaña con cabañas rústicas dentro de un entorno con aguas termales, donde pudimos relajarnos disfrutando de un paisaje idílico.
Por la tarde cogimos una moto taxi y fuimos a Chivay para cenar y hacer algunas compras. En la Plaza de Armas del pueblo descubrimos una fantástica pizzería llamada “Orishas” que nos encantó.
Al día siguiente salimos de excursión para explorar el Valle del Colca. En el camino hicimos un par de paradas en dos pueblos andinos muy pintorescos. Maca, situado en un acantilado en el borde del cañón, donde destaca la iglesia de Santa Ana de estilo colonial situada en las faldas del Volcán Sabancaya.
El lugar es muy turístico y tiene infinidad de pequeñas tiendas de artesanía. Además hay muchas mujeres ataviadas con trajes típicos y alpacas disfrazadas para poder hacer fotografías.
Muy cerca, llegamos al pueblo de Cabanaconda. En la plaza mayor del pueblo se encuentra una imponente iglesia de estilo neoclásico, construida sobre un antiguo templo inca, y consagrada a la virgen de Chapi, muy venerada en Perú.
En la misma plaza pudimos contemplar el baile típico representativo del Valle del Colca, “la danza del amor”declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2015. Cuenta la historia de un joven enamorado de una mujer que pertenecía a otra comunidad, y al no poder estar con ella aprovecha las fiestas del pueblo para vestirse de mujer, y así acercarse a ella. Destaca la singular vestimenta a base de faltas largas con trabajados bordados y encajes en tejidos de lana muy coloridos.
Ya en el pleno Valle del Colca disfrutamos de un entorno natural increíble donde la naturaleza vive en armonía con el hombre, y donde las tradiciones se mantienen intactas.
Nos dirigimos al famoso Cañón del Colca considerado uno de los cañones mas profundos del mundo con una caída de 4.160 m. Subimos hasta el Mirador de la Cruz del Cóndor para ver si con suerte podemos apreciar el vuelo de esta grandiosa ave andina. Desgraciadamente las nubes cubrían las montañas y no pudimos avistar ninguno; pero el lugar resultó ser fascinante.
Regresamos de nuevo a Chivay, atravesando el impresionante Valle de Colca de nuevo y disfrutando de sus paisajes. Paramos a tomar un refrigerio típico de la zona llamado “Colca Sour” a base de jugo de cactus sancayo (de sabor agrio y muy utilizado por los incas como supresor del apetito y regulador intestinal). Se puede tomar sólo o con pisco (aguardiente peruano).
Es importante tener en cuenta, que en las zonas rurales de Perú hay escasez de agua. Cuando paras para ir al baño posiblemente no haya papel, o si la hay, tendrás que pagar unos soles. Además, cuando terminas seguramente tengas que echar tu directamente el agua en la cisterna.
Una vez en Chivay tomaremos un autobús turístico con destino a Puno. El trayecto dura unas 5 horas, y durante el camino hicimos una parada en el Mirador Alto Lagunillas. Lagunillas es una gran laguna del altiplano formada por cuatro islas, perteneciente al departamento de Puno con una superficie de 66 km. a una altura de 4.174 sobre el nivel del mar. Las vistas son impresionantes, aunque es una zona donde hay mucho viento, y suele hacer frío.
¡Qué pasa chavales!
- Cuando sales de Arequipa hacia el valle ya se comienza a notar el mal de altura. Trata de tomar té de coca y/o de muña, y ten a mano caramelos. Si te mareas te recomiendo comprar “Agua Florida“. Es un frasquito de alcohol perfumado que te lo pones en las manos, las frotas y lo aspiras. Te aseguro que te reanima.