Amberes es una de las ciudades comerciales más importantes del Norte de Europa, y la segunda más poblada de Bélgica. Llegamos en tren a la Estación Central, una de las estaciones ferroviarias más bonitas del mundo, también conocida como Spoorwegkathedraal, o la catedral del ferrocarril.
Se trata de un monumental edificio de fachada neogótica, gran cúpula, e interiores de revestimientos en mármol, escalinatas y vidrieras que la hacen parecer un majestuoso palacio.
A menos de un minuto a pie de la estación de tren central encontramos el barrio chino, en la calle Van Wesenbekestraat. Es el único reconocido oficialmente en Bélgica que recibió su acreditación oficial en 2001. Se accede a el a través de un carismático arco.
Desde la estación tomamos rumbo al centro histórico de la ciudad, plagada de hermosos rincones y numerosos edificios antiguos.
La iglesia de San Carlo Borromeo es el templo barroco más antiguo de Flandes, construido por los jesuitas entre 1615 y 1621. Tuvo a Pedro Pablo Rubens como decorador principal de la fachada, las torres y los techos de las bóvedas. Desgraciadamente gran parte de la obra se perdió en un incendio provocado por un rayo.
Enfrente, en la misma plaza se encuentra la Biblioteca Hendri Conscience, una de las mas antiguas que se conservan en Europa.
El punto neurálgico de la ciudad es la Plaza Mayor o Grote Markt (a 20 minutos de la estación caminando). Se trata de una plaza en forma triangular flanqueada por el Ayuntamiento, la Catedral de Nuestra Señora, las antiguas casas gremiales, y presidida por la imponente fuente de Brabo. El Ayuntamiento fue construido entre los años 1561 y 1564. Es de estilo renacentista con influencias tanto flamencas, como italianas.
La Catedral de Nuestra Señora de estilo gótico, tiene una torre de 123 metros de altura que se alza sobre el centro histórico de la ciudad con una preciosa portada. Fue construida en el emplazamiento de una antigua iglesia románica.
Su interior contiene 4 impresionantes obras de Pedro Pablo Rubens, pintor de fama mundial: los trípticos “Descendimiento de la Cruz” de 1612 y “La Elevación de la Cruz” de 1610, y los cuadros “Asunción de la Virgen” de 1626 presidiendo el altar mayor, y “La Resurrección de Cristo” de 1612. Las vidrieras que representan temas bíblicos son de una belleza incomparable, así como la decoración de los retablos.
Enfrente de la catedral se encuentra una curiosa escultura realizada por el artista Batist Tist Vermeulen que representa a Nello y su perro Pastrache, dos personajes de una famosa novela juvenil. Los dos aparecen durmiendo cubiertos con una manta, pero realmente, según cuenta la conmovedora historia, ambos están muertos de frío al no poder entrar en la catedral para apreciar los retablos de Rubens por no tener dinero para pagar la entrada. En la plaza también aparece el pozo de Quentyn Massys, que cuenta la bonita leyenda de un herrero que se convirtió en pintor por amor.
En la parte norte de la plaza se encuentran las famosas casas gremiales. Desgraciadamente no son edificios originales de la época, porque la mayoría se quemaron en 1576, y luego fueron reconstruidas.
Amberes aunque es una ciudad moderna, también presenta peculiares rincones llenos de encanto. Uno de estos lugares, muy cerca de la plaza es el Callejón Vlaeykensgang, un callejón medieval con mucho encanto que ha quedado anclado en el tiempo.
Debes estar atento para verlo, porque se accede a través de una pequeña puerta en mitad de la calle con un letrero minúsculo. El callejón se divide en distintos patios interiores reconstruidos donde antiguamente trabajaban los zapateros y campaneros. Actualmente esta ocupado por un exclusivo restaurante, galerías de arte y tiendas de antigüedades.
Otro punto muy pintoresco, al lado de la catedral, y visita obligada, es la famosa cervecería Het Elfde Gebod, un edificio que data de 1425, considerado el restaurante más antiguo de Amberes, que ha sobrevivido a varias guerras y conflictos. La carta del restaurante cuenta con una gran variedad de cervezas, así como comida y postres tradicionales belgas. Pero lo realmente peculiar del lugar es su interior, repleto de una gran colección de arte cristiano, que incluye antiguas estatuas y figuras de Jesús, María, santos, ángeles y vírgenes. Además ofrece por las tardes musica en vivo.
A 4 minutos de la plaza central, en pleno puerto de Amberes, a orillas del rio Escalda llegamos al Castillo de Steen, una fortaleza construida a principios de la Edad Media tras las invasiones vikingas, considerado el edificio más antiguo de la ciudad. En su día fue una importante prisión donde se realizaban crueles torturas, pero actualmente se puede visitar una pequeña parte, y la otra alberga el museo Naval. Vale la pena recorrer las muralla para apreciar las excelentes vistas del río gracias a sus miradores.
El castillo fue la residencia de Rubens desde 1630 hasta su muerte, en 1640. A la entrada encontramos la escultura de un gigante en honor al río. Frente a la entrada, se encuentra la estatua de Lange Wapper, un gigante que, según la leyenda, en las noche vagaba por las calles de Amberes, asustando a los habitantes de la ciudad. El arco por el que se accede al castillo está coronado con un bajorrelieve desfigurado de un hombre que representa a Semini, dios celta de la fertilidad. En la antigüedad las mujeres del lugar acudían a realizar culto al lugar para quedarse embarazadas.
Amberes es líder en el campo de elaboración y comercio de diamantes. No pudimos abandonar la ciudad sin antes visitar el Barrio de los Diamantes. Se compone de cinco calles, de las cuales tres son libres de tráfico: Rijfstraat, Hoveniersstraat y Schupstraat son el corazón del barrio. Si tienes intención de comprar un diamante, este es el lugar, y sino darse un paseo no está de más. Además, podrás disfrutar de peculiares estampas de trabajadores judíos ortodoxos ataviados como en siglos pasados.